Un gran establecimiento turístico
En el límite del suelo urbano de Vélez Blanco, sobre una franja de territorio escalonada, flanqueada por estrecho cauce, y con vistas privilegiadas hacia el Cerro de la Muela, se proyectó un establecimiento turístico extenso, en el que predominan los espacios libres sobre lo edificado.
El acceso se hace desde la cota más alta del terreno, y a partir de este punto la edificación se va escalonando, acompañando a la pendiente natural del mismo, de manera que su impacto en el paisaje sea mínimo. Las cubiertas se proyectan como amplios faldones de teja, integrándose con la imagen del caserío tradicional de Vélez Blanco, y se le da un protagonismo especial a la presencia del agua, tan arraigada en la cultura autóctona.